Ha sido una de las aventuras más ricas y edificantes que he vivido en mi caminar por esta vida de la mano de mi Señor. He crecido como creyente, he aprendido a ser disciplinado, a entregarme a la preciosa tarea de conocer más a nuestro Dios, y he asimilado todas las asignaturas que se me han propuesto, pero lo más importante nuestro Señor me habló a mi vida. Cada asignatura que cursé sumaron en mi vida, todas ellas construyeron lo que soy hoy en día. Alguien me dijo un día que no llegaría nunca a nada, pero descubrí a un Dios que me regeneró y me enseñó lo importante que soy para Él. Ahora la escuela forma parte de mi ADN espiritual, en tanto y en cuanto fue una de las herramientas que nuestro Salvador utilizó para que pudiera ver a lo que podía llegar como hijo suyo, por su gracia y por su amor. Animaría, a quien pudiera leer estas líneas, sea del contexto que sea, sumarse a la formación pedagógica que la EET ofrece al pueblo de Dios, porque contribuye a crecer en conocimiento y en fe.